Este libro es el punto final de una ardorosa campaña que inicié afines de abril del corriente año de 1946. Tuve el presentimiento de que en los días inmediatos iba a jugarse el destino del país por muchos decenios. Los ambientes directivos argentinos estaban socavados en sus creencias y en sus convicciones por las interpretaciones mal intencionadas que con gran habilidad habían difundido los agentes ferroviarios.En las esferas directivas se tendía a menospreciar la función que el ferrocarril desempeña en los transportes, y, por lo tanto, en la economía general del país. Lo emergente y circunstancial había desplazado en los juicios a lo fundamental. La condición actual del material ferroviario primaba en los razonamientos con desdén de la consideración del sistema ferroviario en sí mismo.Mentes lúcidas y de juicio honrado se manifestaban partidarias de las sociedades mixtas ferroviarias, alucinadas por soluciones aparentemente nacionalizadoras que, sin embargo constituían verdaderas emboscadas para el destino nacional.RAÚL SCALABRINI ORTIZ