¿Qué pasa cuando someter a otras personas es la única forma de sobrevivir? ¿La desobediencia es posible siempre? ¿Qué redes de complicidad teje el silencio? ¿Cómo distinguir entre víctima y victimario? Aquí hay dos narradoras potentes y perspicaces: Lucero y Dolores. La primera es una adolescente de juicios agudos y la apremiante necesidad de recibir aceptación. La segunda es la madre de Nancy, compañera de secundaria de Lucero, que atraviesa la agonía de buscar a su hija desaparecida. Ambas voces enhebran una historia compleja sobre un grupo de niñas casi adultas cautivo en una casona en los márgenes de la ciudad. Laura Baeza traza una novela entrañable y brutal que añade nuevas notas a las discusiones sobre la violencia, el deseo, la amistad, la ternura y la libertad humana.Sobre El lugar de la herida:aura Baeza escribe sobre los cuerpos dañados con tanta sensibilidad, con tanta inteligencia, que es como si los tocara. Su escritura inventa el tacto de la palabraMónica Ojedaaura Baeza logra inventar una forma de dolor femenino extrema, juntando los celos del enamoramiento y la sumisión sexualAriana Harwiczaura Baeza posee una voz sólida, una imponente fluidez conversacional, una especie de parquedad barroca y sabe afinar sus instrumentos para adecuar los conflictos a la historia, para representar a la familia violentada y al cuerpo maltratadoÁngel Olgoso, Cuadernos Hispanoamericanoson una escritura experimentada y sólida, de ejecución precisa y capaz de crear la sutilidad de los pequeños detalles, Laura Baeza nos empuja a un mundo oscuro, rasgado por fogonazos de violencia y muerte, de pobreza y fracturasMariana Hales, Pressenza
